El riesgo de arriesgarse

Cuantas veces hemos escuchado la frase "El que no arriesga, no gana", conceptualmente es cierto que para ganar algo hay que asumir una cuota de riesgo. Pero definir la medida adecuada de ese riesgo, ...eso es harina de otro costal.

Existen muchos métodos de identificar, analizar y medir los riesgos en un negocio, técnicas contables, financieras y herramientas de administración de proyectos. Todos los competidores hacen el mismo trabajo, sobre similares hipótesis y con contextos (externos e internos) que no son tan diferentes unos de otros.

Dónde esta la diferencia entonces ? Hay dos grupos, las grandes empresas y las corporaciones, tienen especialistas cuya misión es cuidar que el resto de la organización tenga en cuenta los riesgos y los peligros que acechan en cada negocio que están desarrollando.

Las empresas más pequeñas dependen casi exclusivamente del instinto de sus conductores, si tienen buen olfato, éstas hacen muchos y muy buenos negocios, crecen y se terminan pasando al primer grupo, sino algunas apenas sobreviven y muchas desaparecen.
Los problemas los encontramos cuando queremos reducir y contener los riesgos detectados:
-Se disparan los costos (hacia arriba).
- Baja la rentabilidad.

La salida más típica que se ve en el mercado, consiste en minimizar el riesgo o ignorarlo. Si, si, leyeron bien IGNORARLO, esto sucede y mucho en todo tipo de organizaciones, en otras palabras asumimos que eso no sucederá o que las probabilidades son casi nulas. Esta bien ? ...claro que no, pero es tan real como que existe el sol y la luna.

Desde al plano comercial recomiendo aplicar el "sentido común" y si no lo tenemos nosotros, busquemos a nuestro alrededor y sino, afuera, pero es crítico que en la toma de decisiones haya alguien con sentido común.

Esto nos permitirá resolver el 60% del tema riesgos, el otro 40% dejémoslo para los técnicos en administración y financieros. Significa que la decisión es comercial, siempre es así, quizás por eso las cosas salen como salen y quizás por eso también las empresas sobreviven, porque muchos (en los papeles) no tan buenos negocios, permitieron girar un capital operativo, mantener promedios de facturación, pagar sueldos, acumular experiencia técnica y mantener el espíritu y la motivación del personal, aunque no haya sido "rentable" de acuerdo a los objetivos establecidos.

El que no arriesga no gana y el que arriesga, a veces, también pierde. Cuando el mayor riesgo, es el de perder la silla donde están sentados quienes toman las decisiones, éstos comienzan a pensar con el otro extremo del cuerpo y el resto sucede en consecuencia.

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